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Frases y citas con "Que Hacer Cuando En La Pantalla Aparece The End/function.mysql-query"
El libro de los amores ridículos
MILAN KUNDERA
(151 frases)
¿A qué se refería realmente cuando se decía que le habían pasado tan pocas cosas? ¿Se refería a los viajes, al trabajo, a la actuación pública, al deporte, a las mujeres? Se refería, claro está, a todo eso, pero sobre todo a las mujeres, porque era lamentable que su vida hubiera sido pobre en otros aspectos, pero la culpa no era suya: él no tenía la culpa de que su profesión fuera aburrida y sin futuro; no tenía la culpa de carecer del dinero y el currículum político necesarios para viajar; finalmente, tampoco tenía la culpa de haberse lastimado el menisco a los veinte años y haber tenido que renunciar a los deportes que le gustaban. En cambio el reino de las mujeres era para él un reino de relativa libertad y por eso no tenía excusas en este sentido; ahí había podido demostrar su riqueza; las mujeres se convirtieron para él en el único criterio adecuado para medir la densidad de la vida.
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Enviada por 142 hace 10 años
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Fotos de Laura
MARCELO LEONART
(7 frases)
Se toman fotos para recordar, porque se desconfía de la memoria, porque sabemos lo débil que es, lo indolente o mentirosa que se vuelve con los años y la experiencia. Se toman fotos porque creemos que prueban algo de lo que sin ellas no estaríamos seguros, porque imaginamos que son fijas e irrefutables (al contrario de los recuerdos, que son tan frágiles y cambiantes), y porque creemos que viéndolas -reviviendo el instante- todo el resto seguirá intacto, el momento previo y el que vendrá. La vida pasa de largo, eso es lo que pensamos, pero si la tenemos a mano (y guardar fotos sirve para eso, para tener la vida a mano) es como si la viviéramos entera de nuevo. Pero siempre con las mismas imágenes, con las mismas risas (las fotos hay que sacarlas riéndose, para creer, cuando aparecen, que hemos tenido una vida feliz; porque de eso se trata, convencernos de que hicimos con ella lo que se debía, que no la hemos desperdiciado).
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Enviada por 243 hace 10 años
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En ruta
JACK LONDON
(9 frases)
omencé a pensar que me vería obligado a buscar comida entre los muy pobres. Los muy pobres son el último recurso seguro del vagabundo hambriento. Siempre se puede contar con los muy pobres. Ellos nunca niegan la comida a los hambrientos. Una y otra vez, por todos los Estados Unidos, me han negado la comida en la casa grande de la colina; y siempre he recibido algo en la pequeña cabaña del barranco o del pantano, con sus ventanas rotas y tapadas con harapos y con su madre de rostro cansado y castigado por el trabajo. ¡Oh, vosotros que habláis tanto de caridad! Id a ver a los pobres y aprended de ellos, pues el pobre es el único que es caritativo: no da ni se guarda nada de lo que le sobra; no le sobra nada; da, sin guardarse nunca nada, de lo mismo que necesita para sí, a menudo de lo que necesita desesperadamente. Darle un hueso al perro no es caridad. Caridad es compartir el hueso con el perro cuando estás tan hambriento como él.
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Enviada por 10 hace 10 años
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Tobogán de hambrientos
CAMILO JOSÉ CELA
(64 frases)
El acto de la puesta de ojo fue muy simbólico y emocionante, y en él pronunció un sentido discurso la presidenta de la sociedad, Mrs. Codfish Scott. El local estaba adornado con flores y con banderitas de todos los países (menos Abisinia, Liberia y Haití) y aparecía de bote en bote, abarrotado hasta los topes por todas las asociadas. Al don Romualdo lo pusieron en una plataforma para que todas lo viesen bien, y la doctora Miss Margaret Titbit —que era un bombón, aunque algo talludita—, después de las palabras de la presidenta, le puso el ojo entre grandes aplausos. El don Romualdo dio las gracias en unas breves y galantes frases que tradujo la misma doctora Miss Margaret, que había sido partera en Valparaíso, y las ovaciones se sucedieron sin cesar. ¡Fue aquel un acto cívico memorable y del que los anales guardan muy cumplida memoria! El don Romualdo estaba emocionado y, cuando a la salida, se subió a su Chevrolet, un temblorcillo de gratitud le bailaba en la voz.
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Enviada por 20 hace 9 años
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La llamada de la selva
JACK LONDON
(9 frases)
Hay un éxtasis que señala la cúspide de la vida, más allá de la cual la vida no puede elevarse. Pero la paradoja de la vida es tal que ese éxtasis se presenta cuando uno está vivo, y se presenta como un olvido total de que se está vivo. Ese éxtasis, ese olvido de la existencia, alcanza al artista, convirtiéndolo en una llama de pasión. Alcanza al soldado, que en el ardor de la batalla ni pide ni da tregua, y alcanzó a Buck que corría al frente de la jauría lanzando el atávico grito de los lobos y pugnando por atrapar la presa que huía a la luz de la luna. Estaba surcando los abismos de su especie y de las generaciones más remotas, estaba retornando al seno del Tiempo. Estaba dominado por el puro éxtasis de la vida, por la oleada de la existencia, por el goce perfecto de cada músculo, de cada articulación, de cada nervio, y todo era alborozo y delirio, expresión en sí misma del movimiento que lo hacía correr triunfante bajo la luz de las estrellas y sobre la materia inerte y helada.
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Enviada por 10 hace 10 años
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La llamada de lo salvaje
JACK LONDON
(9 frases)
Hay un éxtasis que señala la cúspide de la vida, más allá de la cual la vida no puede elevarse. Pero la paradoja de la vida es tal que ese éxtasis se presenta cuando uno está vivo, y se presenta como un olvido total de que se está vivo. Ese éxtasis, ese olvido de la existencia, alcanza al artista, convirtiéndolo en una llama de pasión. Alcanza al soldado, que en el ardor de la batalla ni pide ni da tregua, y alcanzó a Buck que corría al frente de la jauría lanzando el atávico grito de los lobos y pugnando por atrapar la presa que huía a la luz de la luna.
Estaba surcando los abismos de su especie y de las generaciones más remotas, estaba retornando al seno del Tiempo. Estaba dominado por el puro éxtasis de la vida, por la oleada de la existencia, por el goce perfecto de cada músculo, de cada articulación, de cada nervio, y todo era alborozo y delirio, expresión en sí misma del movimiento que lo hacía correr triunfante bajo la luz de las estrellas y sobre la materia inerte y helada.
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Enviada por 23 hace 9 años
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Tu rostro mañana
JAVIER MARÍAS
(83 frases)
… a veces nos sucede eso con lo que se niega o se calla, con lo que se guarda y se sepulta, va difuminándose sin remedio y llegamos a descreer que en verdad existiera o se diera, tendemos a desconfiar increíblemente de nuestras percepciones cuando ya son pasado y no se ven confirmadas ni ratificadas desde fuera por nadie, renegamos de nuestra memoria a veces y acabamos por contarnos inexactas versiones de lo que presenciamos, no nos fiamos como testigos ni de nosotros mismos, sometemos todo a traducciones, las hacemos de nuestros nítidos actos y no siempre son fieles, para que así los actos empiecen a ser borrosos, y al final nos entregamos y damos a la interpretación perpetua, hasta de lo que nos consta y sabemos a ciencia cierta, y así lo hacemos flotar inestable, impreciso, y nada está nunca fijado ni es definitivo nunca y todo nos baila hasta el fin de los días, quizá es que no soportamos las certezas apenas, ni siquiera las que nos convienen y reconfortan, no digamos las que nos desagradan o cuestionan, o duelen, nadie quiere convertirse en eso, en su propio dolor y su lanza y su fiebre.
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Enviada por 28 hace 9 años
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La noche detenida
JAVIER REVERTE
(2 frases)
—... En mi país siempre ha habído guerras.
— En el mío también.
— No creo que tantas como aquí. Nunca hemos cesado de luchar y no alcanzo a explicarme por qué. No sé si es la naturaleza humana o es la naturaleza de mi tierra. En Biah, como en Sarajevo, vivíamos musulmanes, croatas, y serbios, todos juntos. Cuando era el Ramadán, mis amigos cristianos venían a mi casa a merendar tras el ayuno. Y yo iba a casa de mis amigos en la Navidad católica y en la Pascua ortodoxa. Siempre había fiestas y las celebrábamos juntos. Pero vino la guerra y todos nos separamos: los amigos nos convertimos en enemigos. ¿ No es inexplicable? Un hombre, aquí en Bosnia, puede matar a su amigo de la infancia simplemente porque pertenece a una religión distinta. La cultura y la religión están hechas para unir, no para matar, ¿no es así?
—No lo sé. La Historia me marea, no soy capaz de explicármela. ¿Es usted creyente?
—No creo en Dioses. Pero soy musulmana, me guste o no, y mis vecinos me ven como musulamana. Es absurdo, pero así es la guerra: una crueldad estúpida.
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Enviada por 23 hace 9 años
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Blanca como la nieve, roja como la sangre
( frases)
No consigo dormirme. Estoy enamorado, y cuando estás enamorado lo menos que te puede pasar es no dormir. Hasta la noche más negra se vuelve roja. Se te amontona tal cantidad de cosas en la cabeza que querrías pensar en ellas todas a la vez y el corazón no consigue calmarse. Y además resulta extraño porque todo te parece hermoso. Haces la misma vida de todos los días, con las mismas cosas y el mismo hartazgo. Y luego te enamoras y esa misma vida se vuelva grandiosa y diferente. Sabes que vives en el mismo mundo de Beatrice y entonces qué más da si el examen te sale mal, si se pincha la rueda del scooter, si Terminator quiere mear, si se pone a llover y no llevas paraguas. Te da lo mismo porque sabes que esas cosas son transitorias. El amor, en cambio, no. Tu estrella roja brilla siempre. Beatrice está ahí, tu amor está dentro de tu corazón y es grande, te hace soñar y nadie puede arrancártelo porque está en un sitio al que nadie puede llegar. No sé cómo describirlo: ojalá no se acabe nunca.
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Enviada por 17 hace 10 años
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El olvido que seremos
HÉCTOR ABAD FACIOLINCE
(49 frases)
Las libertades de pensamiento y de expresión son un derecho duramente conquistado a través de la historia por millares de seres humanos, derecho que debemos conservar. La historia demuestra que la conservación de este derecho requiere esfuerzos constantes, ocasionales luchas y aun, a veces, sacrificios personales. A todo esto hemos estado dispuestos y seguiremos dispuestos en el futuro, muchos profesores de aquí y de todos los lugares de la tierra.
La alternativa va siendo cada vez más clara: o nos comportamos como animales inteligentes y racionales, respetando la naturaleza y acelerando en lo posible nuestro incipiente proceso de humanización, o la calidad de la vida humana se deteriora. Sobre la racionalidad de los grupos humanos empezamos algunos a tener ciertas dudas. Pero si no nos comportamos racionalmente, sufriremos la misma suerte de algunas culturas y algunas estúpidas especies animales, de cuyo proceso de extinción y sufrimiento nos quedan apenas restos fósiles. Las especies que no cambian biológica, ecológica o socialmente cuando cambia su hábitat, están llamadas a perecer después de un período de inenarrables sufrimientos.
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Enviada por 198 hace 10 años
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El diamante en tu bolsillo
GANGAJI
(35 frases)
Puesto que no importa cómo hayas sido definido por los otros, bien intencionado o no, y no importa cómo te hayas definido a ti mismo, ninguna definición puede traer certidumbre duradera. El momento en que reconozcas que ninguna respuesta jamás ha satisfecho esta pregunta, es crucial. A menudo se lo denomina como el momento de madurez espiritual, el momento de madurez de la vida espiritual. En este punto, tú puedes concientemente investigar quien realmente eres. En su poder y simplicidad, la pregunta "¿Quién soy yo?" lanza la mente de nuevo a la raíz de la identificación personal, la hipótesis básica: yo soy alguien. En vez de automáticamente aceptar esta suposición como la verdad, puedes investigar más. No es difícil ver que este pensamiento inicial de "yo soy alguien", conduce a todo tipo de estrategias: ser un mejor 'alguien', un 'alguien' más protegido, un 'alguien' con más placer, más confortable, más realizado. Pero cuando este pensamiento muy básico es cuestionado, la mente encuentra el yo el cual estaba separado de lo que ella ha estado buscando. Esto se llama auto-investigación.
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Enviada por 23 hace 9 años
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Palabras de amor
JOSÉ ANTONIO MARINA
(108 frases)
El amor es difícil. El amor es quizás la prueba más difícil que hemos de superar, es el más alto testimonio de nuestra condición: la obra suprema, y todas las demás no son sino preparativos. Es por ello por lo que los seres jóvenes, nuevos para todo, no saben amar: tienen que aprender. Con todas las fuerzas de su ser concentradas en su corazón que late ansioso y solo, aprenden a amar. Todo aprendizaje es tiempo de clausura. Así para el que ama el amor es, durante largo tiempo, solead, soledad cada vez más intensa y profunda. Amar no quiere decir entregarse ciegamente desde el principio. (¿Qué sería la unión de dos seres aún imprecisos, inacabados y dependientes?) El amor es una ocasión única para madurar, para formarse, para convertirse cada uno en un mundo por amor al otro. El amor es exigencia y ambición sin límites, que hace del que ama un elegido. En el amor cuando llega, los jóvenes no deberían ver sino la obligación de trabajar en sí mismos. Perderse en el otro, entregarse, ninguna de estas formas de unión es aún para ellos. Ante todo deben acumular. La entrega del propio ser es la coronación de la obra.
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Enviada por 569 hace 10 años
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El Principito
ANTOINE DE SAINT-EXUPÉRY
(61 frases)
Las personas mayores aman las cifras. Cuando les habla uno de un nuevo amigo nunca te preguntan de cosas esenciales. Jamás te dicen: “¿Cómo es su voz? ¿Cuáles son sus juegos favoritos? ¿Colecciona mariposas?”
En cambio, te preguntan: “¿Qué edad tiene? ¿Cuántos hermanos tiene? ¿Cuánto gana? ¿Cuánto gana su padre?” Y, al obtener las respuestas a estas preguntas, creen ya conocer a las personas.
Si decimos a los adultos: “He visto una hermosa casa de ladrillos rojos con geranios en las ventanas y palomas en el techo…”, ellos no pueden imaginarse dicha casa. Es necesario decirles: “He visto una casa de cien mil francos”. Sólo así exclaman: “¡Qué hermosa es!”
Si les dices por ejemplo: “La prueba de que el principito existió es que era encantador, que reía, que era hermoso y que quería un cordero”, no lo entienden ni lo creen. Querer un cordero es prueba de que existe, entonces se encogerán de hombros y dirán que uno se comporta como un niño. Si, en cambio, se les dice: “El planeta de donde venía es el asteroide B-612″, entonces quedarán convencidos y no harán más preguntas. Es así como son las personas mayores. Y no hay que reprocharles. Los niños deben ser muy condescendientes con las personas mayores.”
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Enviada por 208 hace 10 años
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Los ojos amarillos de los cocodrilos
KATHERINE PANCOL
(62 frases)
¿Existe un libro que ofrezca recetas para escribir? Medio kilo de amor, trescientos gamos de aventuras, seiscientos gramos de referencias históricas, un kilo de sudor… déjese cocer a fuego lento, en horno caliente, saltear, remover para que no se pegue, evítense los grumos, déjese reposar, tres meses, seis meses, un año. Stendhal, por lo que se dice, escribió La cartuja de Parma en tres semanas, Simenon finiquitaba sus novelas en diez días. ¿Pero cuánto tiempo antes habían pasado engendrándolas y nutriéndolas al levantarse, al ponerse los pantalones, bebiendo un café, recogiendo el correo, mirando las motas de polvo en un rayo de sol? Dejar el tiempo en infusión. Encontrar su propio modo de empleo. Beber café como Balzac. Escribir de pie como Hemingway. Aislada como Colette cuando Willy la encerraba. Investigar como Zola. Tomar opio, tintorro, hachís. Chillar como Flaubert. Correr, divagar, dormir. O no dormir, como Proust.
(…) Leautaud decía “escribid como si escribieseis una carta, no releáis, no me gusta la gran literatura, sólo me gusta la conversación escrita”.
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Enviada por 679 hace 10 años
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El mito de Sísifo
ALBERT CAMUS
(41 frases)
Sin embargo, toda la ciencia de esta tierra no me dará nada que pueda asegurarme que este mundo es mío. Me lo describes y me enseñas a clasificarlo. Me enumeras sus leyes y en mi sed de saber consiento en que sean ciertas. Desmontas su mecanismo y mi esperanza aumenta. En último término, me enseñas que este universo prestigioso y abigarrado se reduce al átomo y que el átomo mismo se reduce al electrón. Todo esto está bien y espero que continúes. Pero me hablas de un invisible sistema planetario en el que los electrones gravitan alrededor de un núcleo. Me explicas este mundo con una imagen. Reconozco entonces que has ido a parar a la poesía: no conoceré nunca. ¿Tengo tiempo para indignarme por ello? Ya has cambiado de teoría. Así, esta ciencia que debía enseñármelo todo termina en la hipótesis, esta lucidez naufraga en la metáfora, esta incertidumbre se resuelve en obra de arte. ¿Qué necesidad tenía yo de tantos esfuerzos? Las líneas suaves de esas colinas y la mano del crepúsculo sobre este corazón agitado me enseñan mucho más.
He vuelto a mi comienzo. Comprendo que si bien puedo, por medio de la ciencia, captar los fenómenos y enumerarlos, no puedo aprehender el mundo. Cuando haya seguido con el dedo todo su relieve no sabré más que ahora.
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Enviada por 17 hace 9 años
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Una muerte muy dulce
SIMONE DE BEAUVOIR
(10 frases)
"Ya tiene edad de morir". Tristeza y exilio de los ancianos: la mayoría ni piensa que han llegado a esa edad. Y yo también, aun refiriéndome a mi madre, he utilizado esa fórmula. No comprendía que se pudiera llorar con sinceridad a un pariente, a un abuelo de setenta años. Si encontraba una mujer de cincuenta años postrada porque había perdido a su madre, la consideraba una neurótica: todos somos mortales; a los ochenta años se es lo suficientemente viejo para convertirse en un muerto...
Pero no. No se muere de haber nacido, ni de haber vivido, ni de vejez. Se muere de algo. Saber que mi madre por su edad estaba condenada a un fin próximo no atenuó la horrible sorpresa: tenía un sarcoma. Un cáncer, una embolia, una congestión pulmonar: es algo tan brutal e improvisto como un motor que se detiene en el aire. Mi madre alentaba al optimismo cuando impedida y moribunda ella afirmaba el precio infinito de cada instante; asimismo, su vano encarnizamiento desagarraba el velo tranquilizador de la superficialidad cotidiana. No existe muerte natural: nada de lo que sucede al hombre es natural puesto que su sola presencia cuestiona al mundo. Todos somos mortales: pero para todos los hombres la muerte es un accidente y, aun si la conoce y la acepta, es una violencia indebida.
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Enviada por 23 hace 9 años
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Come, reza, ama
ELIZABETH GILBERT
(49 frases)
La adicción es típica en todas las historias de amor basadas en el encaprichamiento. Todo comienza cuando el objeto de tu adoración te da una dosis embriagadora y alucinógena de algo que jamás te habías atrevido a admitir que necesitabas —un cóctel tóxicosentimental, quizá, de un amor estrepitoso y un entusiasmo arrebatador—. Al poco tiempo empiezas a necesitar desesperadamente esa atención tan intensa con esa ansia obsesiva típica de un yonqui. Si no te dan la droga, tardas poco en enfermar, enloquecer y perder varios kilos (por no hablar del odio a quien que te ha fomentado la adicción, pero que ahora se niega a seguirte dando eso tan bueno, aunque sabes perfectamente que lo tiene escondido en algún sitio, maldita sea, porque antes te lo daba gratis). La fase siguiente es la de la escualidez y la temblequera en el rincón, sabiendo que venderías el alma o robarías a tus vecinos con tal de probar eso una sola vez más. Mientras tanto, a tu ser amado le repeles. Te mira como si no te conociera de nada, como si jamás te hubiera amado con una pasión fervorosa. Lo irónico del asunto es que no puedes echarle la culpa. Porque, vamos, mírate bien. Eres un asquito, un ser patético, casi irreconocible ante tus propios ojos. Pues ya está. Ya has llegado al destino final del amor caprichoso: la más absoluta y despiadada devaluación del propio ser.
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Enviada por 133 hace 10 años
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La próxima vez
MARC LEVY
(45 frases)
Sigues llamándote así? ahora me doy cuenta de todas las cosas que antes ignoraba, el vacío que me rodea desde que te marchaste se hace más y más grande. A menudo, cuando la soledad puede con mis días, contemplo el cielo y después la tierra, con la viva impresión de que tú estás en alguna parte. Y así ha sido durante todo este tiempo, aunque ya no pudiéramos vernos ni oirnos. Incluso podríamos haber pasado el uno frente al otro sin que nos reconociéramos.
Desde el día de tu partida no he dejado de leer, ni de visitar lugares donde poder encontrarte, o donde hallar algún modo de comprender. Y a medida que la vida ha ido pasando sus páginas, me he dado cuenta de que la posibilidad de entender lo que pasó se alejaba de mí, como en aquellas pesadillas donde cada paso hacia delante te hace retroceder.
Ahora me toca a mí pedirte una cosa, sin duda me lo debes. No, olvídalo, en la amistad nunca se debe nada, pero he aquí mi petición:
Dile... dile que, en algún lugar sobre la tierra, lejos de vosotros y de vuestro tiempo, yo recorrí las mismas calles, me reí contigo, sentados a las mismas mesas. Dile que cada una de aquéllas piedras eternas en las que hemos puesto las manos y las miradas conservarán para siempre una parte de nuestra historia.
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Enviada por 23 hace 9 años
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Canta la hierba
DORIS LESSING
(29 frases)
Cuando los colonos viejos sentencian: “Hay que comprender el país”, lo que quieren decir es: “Debe usted acostumbrarse a nuestro concepto de los nativos”, o, en otras palabras: “Adhiérase a nuestras ideas o lárguese; no le necesitamos”. A la mayoría de aquellos jóvenes le habían inculcado vagas nociones sobre la igualdad. Durante la primera semana les escandalizaba el trato propinado a los nativos y se indignaban cien veces al día ante el desdén con que se hablaba de ellos como si de cabezas de ganado se tratara; o ante un golpe o una mirada. Llegaban dispuestos a tratarlos como a seres humanos. Sin embargo, habría sido inútil rebelarse contra la sociedad a la que se habían incorporado, de modo que no tardaban en cambiar. Imbuirse de su maldad era difícil, por supuesto, pero no lo consideraban “maldad” durante mucho tiempo y, al fin y al cabo, ¿con qué mentalidad habían llegado allí? Con ideales sobre la decencia y la buena voluntad; todo ello muy abstracto. En la práctica, el contacto con los nativos se reducía a la relación entre amo y criado. Nunca llegaban a conocerlos en la intimidad, en su calidad de personas. Unos meses más tarde, aquellos muchachos impresionables y decentes se habían endurecido, para adaptarse al país árido, agreste y bañado por el sol donde se habían instalado; habían desarrollado una nueva personalidad más acorde con su piel curtido y sus cuerpos fortalecidos.
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Enviada por 23 hace 9 años
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El año sin verano
CARLOS DEL AMOR
(8 frases)
Un día no supo nombrarlo, no le salió ese Honorio que tenía gastado de tanto usarlo. Se quedó quieta, paralizada, y apretó los ojos buscando en el armario de recuerdos que con paciencia había ido construyendo. En ninguna leja, en ninguna balda, en ningún cajón halló a Honorio, ni a los dos hijos que habían traído a este mundo y que empezaban a dejar de existir para ella. Sí se cruzó con su madre, con su tía, con la profesora que le había enseñado a leer comprendiendo, que no es lo mismo que leer a toda prisa, le dijo. Encontró un día en la playa en el que se quemó la piel y el sabor del helado de turrón que le compraba su padre cuando los dos paseaban hasta la hora de la cena.
- No compres nada a la niña, que luego no me cena – decía siempre su madre. Y su padre sonreía y le guiñaba el ojo.
Encontró hasta ese guiño. Se cruzó con el hombre que ahora de espaldas estaba en la cocina preparando la comida, pero no con su nombre. Empezó a llorar, a temblar, le invadió un frío imposible de apaciguar. Honorio se dio la vuelta y la sonrisa que le quería dedicar se borró tan rápido que no llegó a ella. La abrazó y la apretó.
- No sé cómo te llamas. Te he encontrado dentro de mí, y debo quererte, pero ni siquiera sé tu nombre.
- Soy Honorio, cariño, siempre seré Honorio, y te lo diré las veces que sean necesarias, cada minuto, cada segundo, cada instante. No te vas a olvidar de mí.
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Enviada por 12 hace 10 años
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